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Wheel in the Sky keeps on turnin’
~Squirrel Hollow
Soap suds resemble clouds, so reach through the bubbles and adjust. A couple of total strangers get talking in their seats, a middle and a window seat, about where they’re from while each of them sips Champagne and feels a bit lightheaded as their eyes express acceptance and then attraction. Not much is said in whispers leading to accidental grazes that provoke one of the two to grab then hold the other’s forearm for an extended moment, head down before turning head back up. Eyes meet again, lock, and one propositions the other in glances to get up and follow. They nervously extend past the aisle seat and walk, not quite single file (rather almost in tandem), to approach the W.C. sign where they stand in line as if planning to enter individually but surprise themselves when they push-pull into the small space, that lavatory, together with a toilet jutting out from the wall and have to navigate around the sink area with drippy faucets as flight attendants down the aisle move carts and serve people when no more passengers remain in line behind the couple for a spell until other passengers do soon arrive again to get in line for the loo and eventually start knocking on the door in that I’ve really gotta go or I’m not gonna make it desperate way while the two people from the seats fuck in an airplane bathroom at 35,000 ft. above sea level, the sea that’s dotted in lifeboats adorned with red crosses, those absurdist rubber duckies, as the plane’s wings and tail move through cumulus. Tight quarters welcome all genders. Tongues meet, hands grope, the two wrap around each other, their exposed pelvises thrust against strange new skin after they’ve yanked some garments off, tights at the knees and underwear still on but below the hips, so that crotches can converge and grind wildly in cabin pressure intensity galloping to release while the plane continues to glide through clouds over the ocean as fleetingly as fucking high up in the sky absent sufficient oxygen when a member of the flight crew arrives and says, “Are you all right in there?” Both parties simultaneously answer, “Yes,” and then one, recognizing the faux pas, whispers to the other inside the bathroom, “Oh, shit.” “How many of you are there in there?” asks the flight crew member before stating, “Only one person’s allowed at a time unless a parent’s with child, and they’re passengers out here waiting in need of relief.” One of the lovers replies, “Don’t worry. We’re, I mean—I’m, I mean—we are, we’re almost done. Just freshening up is all. Aristophanes spilled a bit of bubbly on her beard so we’re trying to help ‘em towel off. Inevitably, we’re saving water, though, aren’t we.”
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La rueda del cielo sigue girando
~Squirrel Hollow
La espuma de jabón se parece a las nubes, así que pasa la mano por las burbujas y amóldala. Un par de completos desconocidos se pone a charlar en sus asientos, uno del medio y otro junto a la ventana, sobre su lugar de origen mientras cada uno bebe champán y siente el ligero mareo al tiempo en que sus ojos expresan aprobación y luego atracción. No se dice mucho en susurros que conducen a roces accidentales y provocan que uno de los dos toque y luego agarre el antebrazo por un rato prolongado, con la cabeza hacia abajo antes de volver a levantarla. Los ojos se encuentran de nuevo, se entrelazan, y uno le propone con miradas al otro que se levante y le siga. Nerviosamente, se alargan más allá del asiento del pasillo y caminan, no en fila india (más bien casi en tándem), para acercarse a la señal de W.C. donde hacen fila como si planearan entrar individualmente, pero se sorprenden cuando se prensan hacia el pequeño espacio, ese baño, junto con un inodoro que sobresale de la pared y tienen que navegar alrededor del área del lavabo con grifos que gotean mientras las sobrecargo en el pasillo mueven carritos y atienden a los pasajeros en cuanto deja de haber gente en la fila detrás de la pareja por un rato hasta que pronto llegan otros para formarse para ir al baño y eventualmente comienzan a tocar la puerta con ese modo desesperado de Me urge entrar, no la voy a librar mientras que los desconocidos de los asientos follan en el retrete del avión a 35,000 pies de altura sobre el nivel del mar, el mar que está salpicado de botes salvavidas adornados con cruces rojas, aquellos absurdos patitos de goma, a la vez que las alas y la cola del avión se mueven entre cúmulos. Los espacios reducidos acogen cualquier género. Las lenguas se encuentran, las manos se tientan, ambos se envuelven en el otro, sus pelvis expuestas se frotan contra esa extraña piel nueva tras arrancarse algunas prendas, las medias a las rodillas y las bragas aún puestas pero bajo las caderas para que las entrepiernas coincidan y se restrieguen a galope y con violencia en la intensa presión de la cabina para venirse mientras el avión continúa planeando tan efímero sobre el océano a través de las nubes y a una puta altura en el cielo donde no hay oxígeno suficiente cuando un miembro de la tripulación llega y dice, “¿Todo bien allí adentro?”. El par responde simultáneamente, “Sí”, y entonces uno, al darse cuenta de la metida de pata, le susurra al otro en el baño, “Ay, mierda”. “¿Cuántos hay allí adentro?” pregunta el miembro de la tripulación antes de agregar, “Sólo se permite entrar a una persona a la vez a menos que sea uno de los padres con su hijo, y aquí afuera hay pasajeros ansiosos de entrar”. Uno de los amantes responde, “No se preocupe. Estamos, quiero decir, estoy, quiero decir, estamos, casi hemos terminado. Cuestión de lavarse y listo. Aristófanes derramó un poco de espuma en su barba, así que estamos intentando ayudarle a secarse. Inevitablemente, estamos ahorrando agua, ¿no?”.
~Traducción de M. Iracheta
Squirrel Hollow collects frequent flyer miles and aspires to become a graphic designer. / Squirrel Hollow acumula millas de viajera y anhela convertirse en diseñadora gráfica.