Traducción al español abajo
(If reading from a phone, turn screen horizontally)
The Rings of Earth: A Proposal
In the great daze I was micro-dazing
in I imagined a great plain splotch
of imagining: to relocate Jerusalem
into space. It would be estimable, in
my humble non-opinion, for folks
such as they may identify themselves
meaning folks, to abandon the thought
of Jerusalem, and to extend that
abandoning to Jerusalem’s physical
existence, at least at present as such
I know most humans, supposedly, so
to speak, or likeotherwise, believe in
belief in forms of deities & if not after-
lives and after parties, than, somehow
prior lives & prior parties or something
akin to story that clears the path for us
on this stair of nowness, where we find
ourselves within reach of bits of joy amid
shitloads of harm and suffering. Laws
have been invented to make sure you
have the right to openly serve your
beliefs in that which has been made
up to believe in. Laws have also been
broken to make sure you get harmed
and killed for believing in your right
to believe that which has been made
up for you to believe. In. All I’m saying
here is that these physical structures
created in service of belief, believing
and belief in believing, may no longer
be necessary. Belief and belief in belief
have been duly & bloodily established.
Thanks. We do also have this gross ring
of satellites around our planet. Why not
create another ring – a real ring made
of debris, & break down all the most
holy places into little bits of material
& let them float in space in orbit
around this planet? You could look up
and see your holy places, if that’s what
gets your spiritual rocks off. You would
no longer, if you’re poor, worry that you
could never save enough money to
actually get to Jerusalem, or Mecca, or
Yankee Stadium, or the Poetry Project
at St. Mark’s Church, or whatever
joint makes manifest, whatever that
means, your need for architecture
to illustrate the monumental scales of faith.
They’ll all be up there in the sky, frankly
& visibly unavailable. I made my family
go to the Scrovegni Chapel in Padua
in 107 degree heat because I wanted
to see the starry blue ceilinged Giotto
chapel. And it was overpowering and
beautiful for the fifteen minutes we were
allowed to be there, and despite my
younger daughter telling me only ten
minutes in that the rest of the family
wanted to leave now, which wasn’t
true, and so daddy we better go
after sitting through fifteen minutes
of a very prideful video on the rest-
oration of the chapel and how that
means we now have the privilege of
even entering the space —
but I guess you and I digress. Some
of us do work out our issues in public.
The Scrovegni Chapel must go up
broken down into orbit too. Earth
could use a ring, and we the so-called
people could use a break from killing
ourselves for states and states of belief
in belief of… God is at this point t/
he construct of cowards. You can
hang out & commune without praying.
You can stop making arguments for
the goodness of religious belief
in the faceplant of all dogma
demanding exile and death for anyone
even just a little bit off in some handed
down way. The results of our mass
historical gamble on the purity
of forms of destruction should float
in space around our planet. The
fading Rings of Saturn need company.
Let the holes in our bodies be the only
holy places. Let little bits of contested
land no longer be justifiable as reasons
to kill each other over and over again.
Boycott religion. Divest from holy
places. Sanction your given, & taken
beliefs.
~Anselm Berrigan
(Si lees en tu teléfono, voltea la pantalla a su manera horizontal)
Los anillos de la Tierra:
Una propuesta
Dentro del gran mareo en el que me
micro dosificaba imaginé un gran borrón
puro cual figuración: reubicar Jerusalén
en el espacio exterior. Sería apreciable, en mi
humilde no-opinión, que la gente a la que le
quede el saco abandone la idea
de Jerusalén, y prolongue ese
abandono a la existencia física
de Jerusalén, al menos en el presente
como tal en el que sé que casi todos
los humanos, supuestamente, por
decirlo así o de otro modo, creen en
creencias con formas de deidades y si no en el más
allá de la vida o en el más allá de la fiesta, entonces, de
alguna manera en vidas anteriores y fiestas anteriores
o algo similar al cuento que nos abre el camino
a esta escalera del ahora mismo, para
hallarnos al alcance de pizcas de alegría entre
un chingo de perjuicio y sufrimiento. Las leyes han
sido inventadas para garantizar tu derecho de
servir abiertamente a tus creencias en cuanto a que
se han inventado para ser creídas. Las leyes también
han sido violadas para garantizarte daño y
muerte por creer en tu derecho de creer cuanto
se ha inventado para que creas. Eso. A lo que me refiero
es que estas estructuras físicas creadas al servicio
de la fe, del creer tener fe y del creer tener fe en la fe,
ya no son necesarias. La fe y el creer en la fe han
sido debida y sangrientamente establecidos.
Gracias. Además tenemos este asqueroso
anillo de satélites rodeando nuestro planeta. ¿Por qué
no crear otro anillo –un verdadero anillo hecho de
escombros, y derrumbar los lugares más
sagrados hasta hacer añicos su materia y
dejarlos flotar en el espacio exterior orbitando
alrededor de nuestro planeta? Podrías mirar al cielo
y ver tus sitios sagrados, si es lo que a
las rocas de tu espíritu les prende. Ya no tendrías
que preocuparte, si eres pobre, de no poder
ahorrar lo suficiente para llegar a
Jerusalén, o a la Meca, o al
Estadio de los Yankees, o al Poetry Project en
la Iglesia de St. Mark, o a cualquier lugar que
deje manifiesta, a saber lo que esto signifique, tu
necesidad por la arquitectura que
ilustre monumentales escalas de la fe.
Todo estará allá arriba en el cielo, clara y
visiblemente inasible. Obligué a mi familia
a visitar la Capilla Scrovegni en Padua con
un calor de 42 grados porque quería
ver la cúpula azul y estrellada de
Giotto. Y fue abrumador y fue hermoso los
quince minutos que nos permitieron estar allí,
a pesar de que mi hija menor al los diez minutos
me dijera que el resto de la familia
quería irse ya, lo cual era mentira, así que
papi más nos vale irnos después
de habernos sentado quince minutos y
ver un soberbio video de la restauración de
la capilla gracias a la cual tenemos
ahora el privilegio de siquiera entrar al sitio
–pero temo que tú y yo divagamos. Algunos
solemos sacar nuestros trapitos al sol.
La Capilla Scrovegni debe ascender también
rota en pedazos a la órbita. A la Tierra le
vendría bien un anillo, y a quienes nos
hacemos llamar personas nos podría beneficiar
poner un alto a las matanzas por
los estados y los estados de fe por
creer en… Dios es a estas alturas un/
a obra de cobardes. Puedes pasarla
bien y convivir sin tener que rezar.
Puedes acabar con la discusión de
la bondad de la creencia religiosa cuando el dogma
se desboca al exigir exilio y muerte a todo
aquel que haya heredado encontrarse al margen del
lado equivocado. El resultado de nuestra
apuesta histórica masiva por la pureza de las
formas de destrucción debe flotar en el espacio
exterior rodeando nuestro planeta. Los
anillos desteñidos de Saturno precisan compañía.
Dejemos que los poros de nuestros cuerpos
sean los únicos sitios puros. Que las parcelas
de tierra en disputa dejen de justificar
el matarnos unos a otros una y otra vez.
Boicotea la religión. Despójate de los lugares
sagrados. Sanciona tus dadas, y quitadas
creencias.
~Anselm Berrigan
Traducido por M. Iracheta
This work is licenced under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Public License.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0)