Spanish translation below
Come Join Our Throng
Cut cords rather than plug in ‘cuz cutting’s
more alluring than connecting. Feel the
surge cutting a viper’s tail w/ dagger.
That feeling’s the reason why we carve stone
under cathedral shadows. Gargoyles
spring lime quarry, direct rainwater past
mortar. At noon, deacons remove vestments
behind altar, then dart into sideshow
chapels to bend over & breathe incense.
Light penetrates stained glass, illuminates
the nave’s displayed piece of crater fetched from
celestial seas, yet the high desert’s
holier than this shrine’s lost tribute to
Apollo whose third astronaut only
orbits while the other two voyagers
touch down. Do girls ever get to moonwalk?
NASA still prohibits pregnant space flight.
Time to suck blood under baptismal fonts.
The crypt hosts interred influencers whose
promotion won’t end postmortem odor.
Blow out the candles. Coils bind cherry
blossoms cut from the bishop’s paved garden
to honor grounds keepers who hide the stash.
Atop towers, “Pull your goddamn ripcord.”
Columned nerves run base of skull down spinal
cord. Construction crane cables mount steeple
where wiry pranksters climb loose spires to
hang a giant “For Sale” sign spray painted
on bed sheets. In the courtyard, we chop trapped
dog’s paw off, so Ole Three Legs hops plaza
looking for scraps ‘til the butcher hands out
sausage links. Cut ribbon w/ scissors; watch
the red balloon filched from religious kids
float over crossed weathervane. Lasso bell-
ringers’ ropes ‘round their necks to halt joy’s chime.
Organs free-of-choir match our hammer
sounds in harmony before the age of
electronics when we approve power
tools & union dues. Tribes advance. Bishop’s
recent decree: Erect three headless horse-
men to ward off bankruptcy as parish
confesses death star dependence, charging
admission to enter the concourse, let
alone worship. After a gifted young
fire eater’s life’s cut short, we anoint
her tomb prior to churches lying in
ruin as new museums. Flags at half-mast.
Said flags wave trouble to begin w/, thus
cut those folds down—strip the mighty kingdom.
Never been such a thing as the next world.
How ‘bout the flowers that creep between cracks
in the sidewalk, hellbent on oxygen
despite funeral procession hearses
double parked, engines humming, patiently
waiting for the next round of pallbearers.
-Twinky Tecolote
~
Únete a nosotros
Corta cables en vez de enchufar, porque cortar es
más atractivo que conectar. Siente el
ondeo al cortar la cola de la víbora con la daga.
Esa sensación es la razón por la que tallamos piedra
bajo las sombras de las catedrales. Gárgolas
brotan de la cantera de lima, pasa el agua de lluvia
por mortero. Al mediodía, los diáconos se quitan las vestiduras
detrás del altar y se lanzan a las capillas
laterales para agacharse e inhalar incienso.
La luz penetra en las vidrieras, ilumina
el trozo de cráter expuesto en la nave, traído de
mares celestiales, pero el alto desierto es
más sagrado que el tributo perdido de este santuario a
Apolo, cuyo tercer astronauta sólo
orbita mientras los otros dos viajeros
aterrizan. ¿Las chicas llegan a hacer el moonwalk?
La NASA sigue prohibiendo los vuelos espaciales a las embarazadas.
Hora de chupar sangre bajo las pilas bautismales.
La cripta acoge a influencers enterrados cuya
promoción no pondrá fin al olor postmortem.
Sopla las velitas. Las bobinas atan flores
de cerezo cortadas del jardín pavimentado del obispo
para honrar a los guardianes del terreno que esconden el alijo.
En lo alto de las torres, “Tira de tu maldita cuerda”.
Nervios encolumnados recorren la base del cráneo por la médula
espinal. Cables de la grúa de construcción montan el campanario
donde enjutos bromistas escalan espiras sueltas para
colgar un “Se vende” pintado con spray
en una sábana gigante. En el patio, cortamos
la pata del perro atrapado, para que Viejo Tres Patas salte por la plaza
buscando sobras hasta que el carnicero reparta
eslabones de salchichas. Cortamos la cinta con tijeras; vemos
el globo rojo robado a los niños religiosos
flotar sobre la veleta cruzada. Echa el lazo
campanero alrededor de sus cuellos para parar el tañido de alegría.
Órganos libres de coro coinciden con el sonido
de nuestro martillo en armonía antes de la era de
electrónica cuando aprobamos
herramientas eléctricas y cuotas sindicales. Las tribus avanzan. Reciente decreto
del Obispo: Erigir tres jinetes sin cabeza
para evitar la bancarrota, ya que la parroquia
confiesa dependencia de la estrella de la muerte, cobrando
la entrada para participar en el concurso,
por no hablar del culto. Después de que
la vida de una talentosa tragafuegos es acortada, ungimos
su tumba antes de las iglesias en
ruinas como nuevos museos. Banderas a media asta.
Para empezar, dichas banderas ondean problemas, por lo tanto
corta esos pliegues y despoja al poderoso reino.
Nunca ha existido tal cosa como el más allá.
Qué hay de las flores que se arrastran entre las grietas
en la acera, empeñadas en oxigenarse
a pesar de los coches fúnebres aparcados
en doble fila, con los motores zumbando, esperando pacientemente
a la siguiente ronda de portadores del féretro.
-Twinky Tecolote
Traducción al español por Josephine Puebla Smith
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0)